La miel es un producto de origen natural con propiedades medicinales y nutricionales, ampliamente reconocidas a nivel mundial. Sin embargo, es muy frecuente que este producto sea adulterado con otras sustancias o ingredientes que ayudan a incrementar su volumen y, a su vez, disminuir su coste.
Lamentablemente, este tipo de práctica se ha vuelto muy común, lo que hace normal querer tener la respuesta a ¿cómo saber si la miel es pura? La buena noticia es que hay pruebas caseras sencillas, así como otros elementos y factores en los que fijarse para conocer su pureza o, sí, por el contrario, ha sido adulterada.
Pruebas caseras para saber si la miel es pura
Existen distintos métodos caseros para comprobar si una miel es 100% pura o ha sido adulterada. Los más eficaces son los siguientes:
Prueba del vaso con agua
Para esta prueba es necesario que coloques una cucharada de miel en un vaso con agua fría. Si la miel es genuina, caerá hasta el fondo del vaso y tomará la forma de una gota compacta que se irá disolviendo con lentitud. Sin embargo, si la miel se disuelve con rapidez o se va dispersando en el agua, podría ser adulterada.
Prueba de la cuchara
Sumerge una cuchara de metal dentro de la miel y sácala de forma lenta. Si la miel es pura caerá en una forma de cinta continuamente. Pero si no lo es, caerá en gotas debido al elevado contenido de azúcar que tiene.
Prueba del fuego
Para realizar esta prueba, pon la miel cerca del fuego. Cuando es genuina, es ligeramente inflamable, así que se puede encender durante unos segundos, especialmente por su ligera cantidad de agua. Sin embargo, cuando la miel está adulterada no arde, pues su contenido de agua es más elevado.
Análisis de etiquetas
Para descubrir si la miel es pura o está adulterada antes de comprarla, es fundamental leer completamente la etiqueta del frasco, puesto que esta trae información importante para identificar la autenticidad del contenido. Algunos de estos datos son:
Lista de ingredientes
Verifica que en la lista de ingredientes no se encuentre el popular “jarabe de alta fructosa” o la “glucosa” comercial. Ambos son aditivos que se utilizan de manera frecuente, con el objetivo de incrementar el volumen de la miel e impedir su solidificación.
Fecha de caducidad
Cuando la miel es pura no tiene fecha de caducidad. Así que, si vas al supermercado o a alguna otra tienda y ves que en el frasco aparece una fecha de vencimiento, puede tratarse de una miel adulterada.
Lee la parte de “Hecho en…”
El lugar de origen en el que se ha producido la miel debe estar en la etiqueta. Además, queremos que tengas en cuenta que, si la miel viene de un lugar cercano a tu zona, esta estará más fresca.
Características físicas
Otra manera muy eficaz de asegurarse de que la miel que estás comprando sea pura, es tener en cuenta otros factores: color, textura y olor.
El color y la textura
Por lo general, cuando una miel es de calidad, se ve en su color. El color propio de la miel de abeja es un tono amarillo. Además, las que tienen un tono dorado fuerte, tienden a tener un sabor un poco más intenso. Por otro lado, la textura debe ser suave, cremosa y ligeramente espesa, no deben verse grumos o partes sólidas.
El olor
El aroma floral y agradable de la miel es un distintivo que nunca falla para verificar la calidad y autenticidad de este producto. Así que, te recomendamos que evites comprar mieles que tengan un aspecto homogéneo en el color y que no tengan aroma o que sea un olor fermentado o agrio. Estas podrían ser mieles diluidas o que se han calentado en exceso y, por lo tanto, han perdido sus propiedades nutritivas.
