El protagonismo de la Reforma Laboral española no ha cedido a pesar de sus pasados ya 7 años de entrada en vigencia. Con detractores y partidarios, ha sido aplaudida y también criticada, las exigencias al respecto no han abandonado los debates.
Con rango y valor de Decreto Ley, esta reforma se debate entre se acelerador o freno para la economía nacional. Se concibió como una ley de urgencia para detener los despidos masivos y el declive de los salarios.
Son escasos los consensos alrededor de la reforma. Se dificulta conocer con certeza si ha sido útil. La reforma que buscaba reducir la dualidad laboral, hasta el momento ha fracasado en ese aspecto, existen más empleos pero en condiciones desiguales.
Aunque se esperaba que con su aplicación se dieran grandes cambios, esto no ha pasado.
La reforma laboral no ha acabado con la precariedad, y está se ha extendido, puede estar ligado a su entrada en vigencia sin considerar en su diseño la opinión de las partes más activas en lo laboral: Empresarios y representantes sindicales.
Características de la Reforma Laboral
Si bien la reforma laboral no creó la precariedad existente respecto a la duración de los contratos de empleo, tampoco la ha detenido ni solucionado.
La antagónica acción entre terminar con la dualidad entre empleos fijos y temporales es un objetivo de la reforma, pero la realidad es que las medidas aplicadas han impulsado el trabajo a tiempo parcial y disminución de los tiempos de duración del contrato. Si bien no es una situación nueva tampoco se ha controlado.
La reforma laboral buscaba destruir el modelo clásico de negociación colectiva. Apuesta priorizar los convenios de empresa en lo que refiere a salarios, retribución de turnos, horas extras, distribución de horario, vacaciones, clasificación profesional y la flexibilización en la duración de la jornada laboral.
Condiciones de trabajo
Redefinir las condiciones de trabajo, buscando proteger al trabajador. De manera integral (seguridad, estabilidad, protección del horario y permanencia, remuneración, y también los despidos justificados.
La reforma contempla también la legalización de la intermediación laboral privada y el fomento del empleo con el apoyo a emprendedores
El mercado laboral remontó y con él los empleos inestables en cuanto duración de contratos, hay más empleos pero son menos estables.
El crecimiento ha ido en pro de la recuperación de beneficios para las empresas y no para los trabajadores.
Se ha pretendido favorecer la competitividad laboral a través de la economía, devaluando la remuneración laboral. Prevalece el convenio empresarial sobre el sectorial, las subcontrataciones tienen elevada tendencia y se ha logrado sustituir la representación sindical.
Los salarios pactados en negociación colectiva han crecido tras años de la reforma tanto para los empleos públicos como para las pensiones a través de la recuperación de las rentas salariales y de los sistemas de protección social, pero es insuficiente al contrastar con la realidad.
La reforma laboral española busca objetivos claro, pero los hechos hablan de regresión de los derechos sociales y una productividad que no incrementa lo suficiente, la tasa de desempleo no desciende.
Se culpa a la normativa que rige las de relaciones laborales, al mercado de trabajo, al sistema público de protección social laboral y social por ser contrarios a los propuesto en la reforma laboral, por lo que se hace urgente un arbitraje, para que sea efectivo se necesita que además de articularse se muestre coherente con la reforma.
Una reforma laboral debe enmarcarse en el derecho al trabajo y procurar que la legislación en materia laboral, coloque como prioridad al trabajador y no al empleador o la empresa, esto sin descuidar, socavar ni vulnerar los derechos de estos.