Los días en que los turistas se atiborran de comida en los buffets de los hoteles españoles pueden estar llegando a su fin, ya que Benidorm y la Costa Blanca se han convertido en los primeros centros vacacionales en dar el paso «valiente» de hacer frente a los residuos de comida.
Una asociación hotelera ha reconocido que podría ser una medida impopular entre los turistas, en particular los británicos, que están acostumbrados a una gran variedad de opciones en el desayuno, el almuerzo y las cenas.
Pero el alcalde de Benidorm y los responsables turísticos insisten en que hay que hacer algo, diciendo que están dispuestos a liderar el camino con nuevas medidas «valientes».
Van desde menos opciones en los mostradores de los buffets, hasta traer entrantes o postres preenvasados.
También se pondrán carteles pidiendo a los clientes de los hoteles que se lo piensen dos veces antes de amontonar tanta comida en sus platos.
La asociación hotelera Hosbec dice que la campaña no está motivada por el costo.
La fuerza motriz, insiste la organización, es el despilfarro de alimentos en un sector turístico cada vez más comprometido con la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente.
Se estima que en España, cada restaurante tira más de una tonelada de comida cada año como resultado de buffets sobrecargados.
«Entendemos que el reto es complejo, especialmente en el sector de los hoteles de vacaciones, donde la oferta gastronómica se basa en el buffet libre», dice el grupo en un comunicado.
«Sin embargo, esto se traduce en una tendencia a ofrecer una gran variedad de platos que en muchas ocasiones lleva a una sobreabundancia de comida.»
Hosbec dice que sabe que la tarea de cambiar hábitos va a ser muy difícil, pero ha elaborado una nueva guía dirigida a hoteles y clientes.
Y un movimiento que puede ganarse el favor de los turistas es que se anime a los huéspedes a llevarse cualquier alimento que quede en sus platos, poniéndolo en recipientes de plástico o en bolsas para perros.
Los hoteleros dicen que prefieren ver esto a que se tire la comida.
No obstante, se animará a todos los veraneantes a que desempeñen su papel tomando únicamente cantidades de alimentos que sepan que pueden comer, con señales especiales planificadas para explicar el objetivo.
Los que participan pueden incluso recibir «recompensas» de los hoteles.
Corresponderá a cada hotel decidir cómo proceder con la nueva campaña.
Sin embargo, Hosbec dice que cada establecimiento necesitará mucho trabajo para examinar los alimentos que pide, revisar sus menús, controlar los desechos y utilizar alimentos de temporada.