Diecinueve personas sufrieron heridas leves cuando un avión de British Airways se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Manises, en la región de Valencia, en el este de España, según fuentes de la delegación gubernamental en Valencia y del centro regional de emergencias. El Airbus A321 hizo el aterrizaje forzoso después de que se detectara fuego en uno de los motores del avión. Un pasajero afirmó que el avión siguió volando durante 10 minutos con humo en la cabina.
Un total de 175 pasajeros se encontraban a bordo del vuelo de British Airways, incluido un bebé, según la información facilitada por la autoridad aeroportuaria española Aena. El avión, que volaba de Londres a Valencia, aterrizó alrededor de las 18:45 horas, unos minutos antes de la hora prevista de llegada.
Tres personas fueron llevadas al hospital por inhalación de humo, y otras 16 fueron tratadas en el aeropuerto por rasguños y ataques de ansiedad, explicaron fuentes de la delegación del gobierno en Valencia.
El lunes por la tarde se informó al centro regional de emergencias que se había detectado fuego en uno de los motores del avión mientras se preparaba para aterrizar, pero para cuando llegaron los bomberos sólo había humo. Aena declaró que se enviaron servicios de emergencia para ayudar tan pronto como el piloto del avión le dijo a la torre de control: «motor en llamas».
Una vez que el avión aterrizó, se abrieron las puertas de emergencia y se evacuó a los pasajeros.
Según el centro regional de emergencias, el aeropuerto no activó la fase de emergencia, pero el tráfico aéreo fue desviado durante 25 minutos, para luego ser reestablecido.
Varios pasajeros, entre ellos Lucy Brown y Dani Meroño, se quejaron en los medios sociales de que nadie de British Airways dijo nada sobre el incidente ni explicó cómo evacuar.
«Volviendo al avión para recoger nuestras pertenencias tres horas después de haber sido evacuados. Ni una palabra de British Airways sobre lo que pasó», escribió Brown en un mensaje en Twitter.
Otros pasajeros afirmaron que sus máscaras de oxígeno no se habían caído, lo que significaba que no podían usarlas, a pesar de los esfuerzos de las azafatas.