Aunque todavía es pronto para pronosticar las consecuencias que ha tenido la crisis del coronavirus en nuestro país, todo apunta a que las personas con discapacidad será sin duda uno de los colectivos más afectados.
Por este motivo, la Dirección General de Políticas de Discapacidad del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 ha puesto en marcha una investigación sobre el impacto de la crisis sanitaria del COVID-19 y sus consecuencias socioeconómicas en las personas con discapacidad.
Y es que, en esta “nueva normalidad” es de vital importancia analizar la situación e identificar los nuevos obstáculos que han surgido para este colectivo, con el fin de diseñar los elementos y dispositivos necesarios que eviten su exclusión.
Principales efectos y consecuencias
Asimismo, el Informe ‘Efectos y consecuencias de la Covid-19 entre las personas con discapacidad’ realizado por Odismet, ya arrojan datos de gran interés interés.
Al igual que en la población general, el 5% de los consultados indica haberse visto afectado por COVID-19, no obstante, se identifica otro 8% que de manera simultánea señala presentar síntomas y desconocer si ha pasado la enfermedad, lo que nos lleva a considerar que la prevalencia entre el colectivo se incrementa hasta el 13%.
Por otra parte, uno de los aspectos que más preocupa de este colectivo es la salud de este colectivo. Si bien el 34% de la muestra consultada indica que su salud física se ha visto mermada durante el estado de alarma. Ha sido la salud psíquica la que se ha visto afectada en mayor medida, un 50% señala que ha empeorado, lo que ha derivado en el consumo de ansiolíticos y antidepresivos, así como en el incremento de sentimientos de tristeza, aburrimiento, soledad, miedo, baja autoestima, entre otros. Así, se pone de manifiesto que la vuelta a la “nueva normalidad” requerirá de apoyo psicológico en muchos casos.
En este sentido, organizaciones, asociaciones y familiares pueden contribuir a mejorar la salud psíquica de las personas con discapacidad de diferentes formas.
Por ejemplo, y siempre que las circunstancias de la pandemia lo permitan, se pueden planificar unas vacaciones por España, realizar pequeñas excursiones o simplemente disfrutar del ocio sociocultural que ofrecen nuestras ciudades.
Además, si lo que nos preocupa es estos tiempos es coger un medio de transporte masificado, no hay que olvidar que hoy en día podemos adquirir o alquilar nuestro propio vehículo adaptado para personas con movilidad reducida que nos permitirá desplazarnos con independencia y de forma segura a nuestro lugar de destino.
Situación económica preocupante
Otro aspecto que preocupa y donde se arrojan los resultados más demoledores, es que el 60% de las personas con discapacidad que trabajan en la actualidad podría perder su empleo a causa de los efectos de la pandemia.
Los últimos datos disponibles nos alertan de que el 31,1% de la población con discapacidad se encuentra en situación de riesgo de pobreza o exclusión social. Y es que como hemos apuntado a lo largo del informe los salarios destinados a las personas con discapacidad son significativamente inferiores a los de la población general (17%), circunstancia que compromete su calidad de vida y su acceso a recursos y servicios.
En definitiva, las personas con discapacidad encaran un futuro incierto y complejo que conduce a la necesidad de desarrollar acciones para favorecer la inclusión del colectivo en el mercado laboral, evitando situaciones de marginación y pobreza.