A la hora de realizar nuestros cultivos de plantas de cannabis, debemos tener en cuenta varios aspectos, como el tipo de planta que vamos a cultivar, la sensación de humedad del espacio donde se va a realizar el cultivo, la cantidad de luz que recibe, etcétera. Estos aspectos parecen bastante genéricos para el cultivo de cualquier planta, pero para la planta del cannabis hay que tenerlo muy presente, ya que se trata de una planta muy delicada.
Más allá de estas consideraciones, hay algunas plantas o semillas que ofrecen una mayor facilidad y ventajas frente a otras. Es el caso de las semillas feminizadas a granel. Veamos cuáles son sus características y las ventajas frente a otro tipo de semillas.
Aspectos a tener en cuenta de las semillas feminizadas
Las plantas resultantes de las semillas feminizadas se crean a partir de flores macho tratadas para la producción de estas semillas, por lo que la nueva planta será una planta hermafrodita con mayor cantidad de cromosomas femeninos. Sin embargo, su producción no es sencilla, pues necesitan años de pruebas para asegurar que se trata de plantas estables.
Para su cultivo es necesario utilizar un sustrato rico en nutrientes, con las cantidades precisas en nitrógeno, fósforo y potasio. Según la variedad, la altura y forma son determinantes para su calidad, por lo que necesitarán distintos cuidados, como las podas, el topping, el lollipopping, el GIM o el supercropping.
También habrá que regular el nivel de pH del agua, en torno al 6.0 y el 7.0, así como una temperatura que no se encuentre por debajo de los 20º, ni por encima de los 25º; además de que los niveles de humedad vayan aumentando poco a poco, hasta que alcancen entre un 40 y un 50% durante la etapa de floración.
Semillas feminizadas frente a semillas automáticas
En primer lugar, los cogollos resultantes de plantas de semillas feminizadas son más densos y generan más resina, por lo tanto, el sabor y el aroma de esta planta es más intenso. Por otro lado, las plantas de semillas automáticas contienen menos THC.
En segundo lugar, las semillas feminizadas requieren un cultivo y floración más rápido y sencillo. Aparte de esto, también son unas plantas con un desarrollo estable, lo que facilita su cultivo en cualquier espacio, tanto en invernaderos, como en salas o al aire libre. Además, con estudios se puede saber si las plantas resultantes contienen una mayor o menor medida de CBD, y con ello, su fin terapéutico.
Las semillas feminizadas utilizan todo el espacio donde se plantan y su crecimiento es más uniforme, por lo que el aprovechamiento es mayor que el de las plantas macho. Sin embargo, no tendrás que preocuparte por deshacerte de las plantas macho, ya que estas no perjudican a las plantas de semillas feminizadas. En otros casos, las plantas macho producen cannabinoides que pueden poner en riesgo las plantas femeninas, ya que liberan un polen que fecunda las flores femeninas y estas dejarían de producir resina y llegarían a desarrollar semillas en vez de cogollos.
Gracias a lo anteriormente citado, nos podemos olvidar del sexado de las preflores, una tarea lenta y complicada. Con las semillas feminizadas no es necesario, pues ya sabemos con anterioridad y total seguridad, que la planta que va a surgir de este cultivo, es una planta femenina.
Además, más allá de ser semillas feminizadas, también están seleccionadas con una serie de propiedades, por lo que se adaptarán mejor a los deseos para tu plantación.
Teniendo en cuenta todos estos aspectos, si sigues las pautas indicadas junto a un poco más de investigaciones, no tienes porqué tener ningún problema a la hora de realizar tu plantación. Asegúrate de que la cantidad de plantas de cannabis que produzcas sean las adecuadas para no infringir la ley y que se considere una cantidad aceptable para el consumo personal, producción que está permitida en España frente a la producción de altas cantidades.
