Tener una piscina en la casa y poder hacer uso de ella en cualquier momento es algo estupendo. Aunque cuando toca hacerle mantenimiento, es cuando empiezan las complicaciones y molestias.
Existe un conveniente sistema, como son las cubiertas para piscinas, que hace que el mantenimiento sea más fácil de realizar y permite tener mayor seguridad, tanto para niños y mascotas, cuando no se utiliza. También ayuda a disminuir el deterioro de las instalaciones y a conservar el agua a una temperatura óptima.
Algunas ventajas de las cubiertas
Hay una gran variedad de cubiertas a elegir, según la conveniencia o que mejor se adapte a las necesidades. Alternativas prácticas y asequibles como las cubiertas para piscinas de Cubriland, que vienen en varias alturas, telescópicas o sin carriles.
Las cubiertas de piscina evitan que los residuos y cualquier suciedad que arrastre el viento puedan caer en ella. Así se logra un ahorro en productos químicos y su limpieza no resulta tan difícil.
Forman parte de los elementos de seguridad para mascotas y niños pequeños cuando no está en uso, y pueden llevar cerramientos especiales para que no pueda abrirse.
También es determinante para ahorrar agua y luz, ya que si la piscina está cubierta, evita que se evapore el agua, aparte no va a requerir calentar tanto el agua porque el calor se conserva mejor.
Este ahorro se extiende a los productos químicos y de limpieza que se utilizan para mantener una piscina impecable, ya que se reduce el uso de éstos, por tanto, se tiene una piscina con menos químicos en el agua.
Otra ventaja es que puede aprovecharse el sol sin que esto signifique un riesgo para la salud por la radiación ultravioleta, porque algunas cubiertas vienen con protección UV solar, y así no se ve afectada de manera nociva la piel, al no recibir los rayos de forma directa.
Aparte de proteger de los rayos UV, también algunas cubiertas vienen climatizadas, por lo que puede disfrutarse de un baño en una piscina más cálida, aproximadamente unos cinco grados más caliente que la temperatura ambiente, y a su vez, estar protegido de los rigores del clima exterior.
Una de las opciones para aprovechar el espacio que la cubierta pueda ocupar, es buscar una que sea plana, con un buen diseño y así puede solucionarse ese espacio que queda cuando la piscina no está en uso.
Tipos de cubiertas
Las cubiertas de piscinas son muy útiles, pero en ocasiones no se les da la debida importancia que merecen. A continuación se describen algunos tipos:
- Cubiertas retráctiles. El material con el cual están hechas puede ser PVC o policarbonato. Son persianas que se manejan por medio de un mecanismo que consta de un botón situado en el enrollador si es de manera remota, pero también puede ser manual. Son fáciles de limpiar y sencillas de utilizar.
- Cubiertas rígidas. La mayoría son hechas de plástico o cristal y dejan pasar la luz solar, también ayuda a mantener el agua templada y que no se sienta frío dentro de la instalación. Con estas cubiertas, podrá deleitarse con un buen baño de piscina durante todo el año, sin preocuparse de la temperatura exterior.
- Cubiertas telescópicas. Son plegables, lo que hace que sea una ventaja con respecto a las otras, ya que se adaptan a cualquier época del año. En invierno se tiene una piscina cubierta y climatizada, y cuando llegue el verano, pueden plegarse las partes en la que está dividida, y compactarla a unos pocos metros.
- Cubiertas enrollables. Las hay manuales y automáticas. Son muy fáciles de colocar o quitar, y utiliza un sistema que permite que se enrollen o desenrollen sobre sí mismas.
- Cubiertas de madera. Están formadas por planchas de madera que pueden ser movidas dependiendo de la ocasión. Cuando está cubierta la piscina puede pisarse, pues es de alta resistencia, y aprovechar esa superficie como terraza. Son seguras y cómodas, es como si se tuviese una piscina con tapa, y cuando se quiere usar la piscina, solo se han de mover las maderas.