Hoy en día, como mujer, no es descabellado pensar en desarrollar una carrera profesional, tener una pareja estable y una salud emocional óptima antes de tener un hijo. Es por eso por lo que muchas mujeres dedican gran parte de sus años de mayor fertilidad a lograr afianzar estos aspectos de su vida, así como también cumplir diversas metas y objetivos. Aun así, un factor que puede jugar en contra es el tiempo, ya que si bien es cierto que afianzar estos aspectos de la vida puede tardar, el reloj biológico no espera a que resolvamos estos asuntos.
Por suerte, mediante un tratamiento fertilidad mujer adecuado, es posible cumplir este deseo de ser madre, no importa la circunstancia o la edad. Es ahí cuando podemos hablar de la congelación de óvulos.
La vitrificación o congelación de óvulos es una técnica de fertilidad asistida a través de la cual, muchas mujeres han visto la oportunidad de cumplir su sueño de la maternidad. La misma se lleva a cabo en una clínica de fertilidad especializada , con un grupo de profesionales en la materia que te asesoran y guían durante todo el proceso.
1- La estimulación ovárica
Para esto se administra medicación hormonal a través de inyecciones subcutáneas. El propósito es lograr que los ovarios produzcan folículos, a través de los cuales se obtendrán los óvulos para, posteriormente, realizar la vitrificación. Este tratamiento debe iniciarse los primeros días de la regla y extenderse de 8 a 11 días. Mediante exámenes ecográficos, se realiza el control en el crecimiento de los folículos y, una vez estos han alcanzado un tamaño adecuado, se provoca la ovulación para realizar la punción ovárica.
2- La obtención de los óvulos
Mediante una ecografía vaginal se lleva a cabo la punción de los ovarios, que permite extraer el líquido que contiene los folículos. Este será analizado en el laboratorio para encontrar los óvulos. Cabe destacar que es una intervención que dura entre 10 y 15 minutos.
3- Vitrificación de los óvulos
Se realiza un análisis sobre los óvulos obtenidos en el proceso anterior con el fin de verificarlos. El objetivo de este proceso es deshidratar la célula que se desea congelar y mantenerla, de esa manera, el tiempo que sea necesario, evitando cualquier tipo de daño. Esto permite la conservación de su calidad reproductiva.
Este proceso permite mantener óvulos jóvenes en el tiempo. Cabe destacar que la mejor edad para congelar óvulos es antes de los 35 años, ya que, a partir de este punto, la calidad de estos decae y además, su cantidad empieza a disminuir.
Muchas personas creen que hasta los 40 años existe la posibilidad de lograr un embarazo, es por eso por lo que muchas mujeres deciden empezar con tratamientos in vitro o de congelación después de los 36 años. Lo cierto es que, a partir de esta edad, los procesos de fertilidad empiezan a decaer. En pocas palabras, cuanto más jóvenes sean tus óvulos, más posibilidades hay de lograr un embarazo.