¿Te gustan los alimentos fritos, pero te preocupa el exceso de grasa y calorías que aportan? ¿Quieres disfrutar de platos crujientes y sabrosos sin renunciar a una dieta equilibrada? Si es así, quizás te interese conocer las ventajas de las freidoras sin aceite, unos electrodomésticos que te permiten cocinar con aire caliente y muy poco o nada de aceite.
¿Qué son las freidoras sin aceite y cómo funcionan?
Las freidoras sin aceite, también llamadas freidoras de aire o airfryers, son unos aparatos que utilizan un sistema de circulación de aire caliente a alta velocidad para cocinar y dorar los alimentos. A diferencia de las freidoras tradicionales, que sumergen los alimentos en una gran cantidad de aceite, las freidoras sin aceite solo requieren una pequeña cantidad de aceite o incluso nada, dependiendo del tipo de alimento y del gusto personal. De esta forma, se consigue reducir el contenido de grasa y de calorías de los platos, sin perder el sabor ni la textura crujiente que tanto nos gusta.
El funcionamiento de las freidoras sin aceite es muy sencillo: solo hay que introducir los alimentos en el cestillo, seleccionar la temperatura y el tiempo de cocción, y esperar a que el aparato haga su trabajo. Algunos modelos incorporan programas automáticos adaptados a distintos tipos de alimentos, como patatas, verduras, carnes, pescados, etc. Además, la mayoría de las freidoras sin aceite tienen un diseño compacto y fácil de limpiar, ya que sus piezas son extraíbles y aptas para el lavavajillas.
¿Qué beneficios tiene usar una freidora sin aceite?
Usar una freidora sin aceite tiene múltiples beneficios, tanto para la salud como para el bolsillo y el medio ambiente. Estos son algunos de ellos:
- Salud: al usar menos o nada de aceite, se reduce el consumo de grasas saturadas y trans, que son perjudiciales para el corazón y el colesterol. Además, se evita la formación de acrilamidas, unas sustancias cancerígenas que se generan al freír los alimentos a altas temperaturas. Así, se puede disfrutar de una alimentación más sana y equilibrada, sin renunciar al placer de los fritos.
- Ahorro: al usar menos o nada de aceite, se ahorra dinero y se evita el desperdicio de este producto. También se ahorra energía, ya que las freidoras sin aceite consumen menos electricidad que las freidoras tradicionales o que el horno. Además, al cocinar más rápido, se ahorra tiempo y se simplifica el proceso de elaboración de los platos.
- Medio ambiente: al usar menos o nada de aceite, se reduce la contaminación que produce el aceite usado, que es un residuo difícil de reciclar y que puede causar daños al medio ambiente si se vierte por el desagüe. También se reduce la emisión de gases de efecto invernadero, ya que las freidoras sin aceite generan menos calor y humo que las freidoras tradicionales o que el horno.
¿Cómo sacar el máximo partido a una freidora sin aceite?
Para aprovechar al máximo las posibilidades de una freidora sin aceite, hay que seguir algunas recomendaciones y consejos, como los siguientes:
- Elegir bien los alimentos: no todos los alimentos se pueden cocinar en una freidora sin aceite, ya que algunos pueden quedar secos o desmenuzados. Lo ideal es usar alimentos frescos o congelados que tengan algo de grasa natural, como las patatas, las carnes, los pescados, etc. También se pueden usar alimentos empanados o rebozados, siempre que estén bien sellados y no suelten migas. En cambio, se deben evitar los alimentos muy líquidos o con mucho relleno, como las croquetas, las empanadillas, las tortillas, etc.
- Añadir un poco de aceite: aunque no es imprescindible, se recomienda añadir una pequeña cantidad de aceite a los alimentos antes de introducirlos en la freidora sin aceite, ya que así quedarán más crujientes y sabrosos. Lo ideal es usar un aceite de buena calidad, como el de oliva, y aplicarlo con un spray o un pincel. La cantidad dependerá del tipo de alimento y del gusto personal, pero en general, se puede usar entre una y dos cucharadas de aceite por cada medio kilo de alimento.
- No sobrecargar el cestillo: es importante no llenar demasiado el cestillo de la freidora sin aceite, ya que si los alimentos están muy apretados, no se cocinarán de forma uniforme y perderán su textura. Lo mejor es dejar un espacio suficiente para que el aire caliente pueda circular libremente y llegar a todas las partes del alimento. Si se quiere cocinar una gran cantidad de alimento, se puede hacer por tandas o usar una freidora sin aceite con una capacidad mayor.
- Remover los alimentos de vez en cuando: aunque algunas freidoras sin aceite tienen un sistema de remoción automática de los alimentos, otras requieren que se remuevan manualmente de vez en cuando, para evitar que se peguen o se quemen. Esto se puede hacer con una espátula o con un movimiento de sacudida del cestillo. Así, se consigue que los alimentos se cocinen por todos los lados y queden más crujientes y homogéneos.
- Ajustar la temperatura y el tiempo según el alimento: cada tipo de alimento tiene unas necesidades diferentes de temperatura y tiempo de cocción, por lo que hay que ajustar estos parámetros según el caso. Algunas freidoras sin aceite tienen programas automáticos que facilitan esta tarea, pero otras requieren que se elijan manualmente.
- Experimentar con diferentes recetas: una de las ventajas de las freidoras sin aceite es que permiten cocinar una gran variedad de recetas, desde las más tradicionales hasta las más originales. Se pueden preparar desde patatas fritas, nuggets, alitas de pollo, filetes de pescado, verduras, pizza, pastel, etc., hasta platos más exóticos, como rollitos de primavera, samosas, falafel, etc. También se pueden hacer postres, como magdalenas, brownies, galletas, etc. Lo único que hay que hacer es adaptar las recetas al funcionamiento de la freidora sin aceite, y dejar volar la imaginación.